Por: Ileana Reyes Retana
Afganistán es un país que ha pasado los treinta años recientes en conflictos bélicos. Desde 1978 las guerras civiles lograron la intervención de la ex URSS y de Estados Unidos. Tras la salida de los soviéticos en 1989, la guerra continuó imponiéndose el régimen talibán desde 1996. A partir de los atentados del 2001 y la intervención de Estados Unidos por la persecución de Al Qaeda, el país tiene ahora un presidente, aunque no estabilidad.
Este es el contexto en el cual suceden las historias de Khaled Hosseini. Escritor ahora, médico anteriormente. Creció en diferentes países pues su padre trabajaba en el servicio exterior, posteriormente su familia emigró a Estados Unidos, donde realizó estudios superiores, básicamente en el estado de California.
Su primera novela se publicó en el 2003 y se convirtió en un éxito de ventas, fue llevada al cine en el 2007, lo cual le redituó aún más fama. Ésta retrata la relación entre dos niños que crecen casi como hermanos pese a sus diferencias sociales y étnicas: Amir y Hassan. La historia se desarrolla a lo largo de tres décadas de Afganistán y Estados Unidos.
Por razones violentas y políticas los chicos son separados, así como sus familias y la narración se centra en Amir, quien siempre recordará el concurso de cometas que ganó con Hassan, victoria y desastre para ambos. La obra gira en torno a la redención, los encuentros y desencuentros de un afgano con su patria, sus tradiciones, sus exiliados y el régimen talibán que aún puede arrebatarle lo más importante: el último lazo con Hassan y su pasado. Lean el libro y vean la película ambas son maravillosas aunque no idénticas.
Khaled Hosseini repitió el éxito de ventas con su segunda novela, publicada en el 2007. Si la primera fue el caso de dos niños, ésta es sobre dos niñas, sus orígenes y destinos. El nombre de la obra se desprende de un poema de Saib-e-Tabrizi sobre Kabul, un poeta persa del siglo XVII.
Miriam y Laila son las protagonistas de esta historia en la que conocemos las situaciones de abuso y maltrato hacia las mujeres por parte del régimen talibán. Tanto el pasado ilegítimo de una, como la orfandad de la otra son el hilo conductor para terminar ambas como esposas de un terrible hombre llamado Rashid.
Sin embargo, aún en las desgracias que encierra la narración, habrá una historia de amor entre Tariq y Laila, aunque la violencia de la guerra seguirá presente y la siguiente generación será alcanzada por esto. Es una obra que merece leerse como contraste de la primera.
En la última novela de este autor, publicada en el 2013, es donde se aprecia a un Hosseini más preocupado por la técnica literaria que por repetir los temas de las anteriores historias y, sin embargo, regresa a Afganistán con la narración de varias historias que se conectan aún en el exilio de ciertos personajes en Estados Unidos y Europa.
Pari, una niña que es vendida por la pobreza del padre, será el hilo conductor de los relatos. Desde la familia en la miseria que cuenta historias de la mitología persa, hasta el ambiente intelectual de París y la vida de los migrantes en San Francisco, hay un retorno al país, a través de los médicos voluntarios que se dedican a salvar la niñez afgana tras la guerra, en hospitales con pocos recursos. Esta es una obra muy agradable para entender la situación Afgana actual.
Si por algo vale la pena leer a Hosseini es por su inigualable descripción de un pueblo afgano cuyos niños han dibujado la historia de los últimos años y para entender que sobrevivir a una guerra no implica en ningún caso vivir sin problemas.